EL SOSPECHOSO CASO DEL ELVADOR NINFÓMANO
Al principio creí que se trataba de otro elevador afectado por esos súbitos ataques de stress tan comunes en las grandes metrópolis. Andaba, como muchos de nosotros, siempre a prisa--abría sus puertas en el momento menos pensado, sólo para cerrarlas de inmediato y sin aviso apenas unos segundos después. Daba la impresión de que iba tarde para una cita o, de plano, que tenía que estar en otro lado. Era, como se sabe, un elevador insufrible.
Pronto, sin embargo, mostró otros síntomas. Era evidente que ese súbito abrir y cerrar de puertas no era del todo inocente ya que, con una frecuencia pasmosa, atrapaba los brazos y, sobre todo, una que otra pierna de mujer distraída y algo lenta. Cuando empezó a quedarse con mitad de sus cuerpos cundió la sospecha. Un ejército cada vez más numeroso de mujeres con brazos, torsos, piernas o manos llenas de moretones confirmaban que las intenciones del elevador no sólo eran sui generis sino también algo violentas.
Una amiga a la que le explicaba la situación justo después de haber quedado atrapada entre el primer y el tercer piso me dio la respuesta. Puso cara de seria mientras le describía los hechos y, sin esperar bien a bien a que terminara mi relato, suspiró un "ajá" claridoso.
--Se trata --y esto lo dijo sin asomo alguno de duda o confusión-- de un elevador ninfónamo.
Yo solté un par de carcajadas, por supuesto. Pero luego me quedé pensando en el sospechoso cariz de todos los hechos. Y luego me volví a reír, claro está, pero de distinta manera.
--crg
Tuesday, March 30, 2004
ALLÁ VOY (el primer día del mes de abril)
en la tarde:
III JORNADA DE NUEVA NARRATIVA MEXICANA
Universidad Ibeoramericana
Mesa II, 13:00-15:00 hrs.
en la más-tarde:
PRESENTACION de Tormenta (Guanjuato: Ediciones La Rana, 2003), la novela con la que Mauricio Carrera se hizo acreedor al V Premio Nacional de Novela Jorge Ibargüengoitia 2002.
Bellas Artes, 7:00 pm.
Por allá nos vemos, puesn.
--crg
en la tarde:
III JORNADA DE NUEVA NARRATIVA MEXICANA
Universidad Ibeoramericana
Mesa II, 13:00-15:00 hrs.
en la más-tarde:
PRESENTACION de Tormenta (Guanjuato: Ediciones La Rana, 2003), la novela con la que Mauricio Carrera se hizo acreedor al V Premio Nacional de Novela Jorge Ibargüengoitia 2002.
Bellas Artes, 7:00 pm.
Por allá nos vemos, puesn.
--crg
LUTAVIA SE DETIENE
Debí haber sospechado que se trataba de Lutavianos cuando, al caminar por las orillas del bosque, nos cubrió la bruma.
Iban despacio y, en lugar de quejarse, celebraban el frío. Hablaban en voz muy baja sobre la extraña forma de la letra "r" y los azares de los paréntesis mientras aspiraban ruidosamente el húmedo aroma del verde.
--Esto es un bosque --decían, como si tal hecho necesitara de su constatación.
Cuando se detuvieron, justo en el centro de un charco y a un lado de un arbusto de enebro, para ponderar con suma seriedad el concepto de comas sucesivas, empecé a sospechar.
--Estoy detenida --musitó ella dirigiendo la vista hacia el cielo--, y tengo que encontrar una forma de detener este detenimiento.
La observé y, callada, elevé el rostro. Pronuncié las palabras bóveda celeste pensando en el color negro. Recordé que el enebro crece con facilidad en las regiones septentrionales, con clima temperado, y que las bayas, que se producen sólo en la planta femenina, son de color negro-azul cuando están maduras.
Los copos de nieve que me cerraron los párpados me dieron a entender que estaba en otro lugar.
In the "Pedagogical" notebook, under the heading "Poetry and Ethics" in the section labeled "the limitless, the impasse, the border, chance", I find a notion credited to Deleuze, who says all that ethics requires is that we not be unworthy of what happens to us.
--El detenimiento --susurró él-- nunca cesa de detenerse.
--El detenimiento --dije bajo la nieve, segura ya que se trataba de dos de ellos-- está lleno de acontecimientos.
Nos reímos entonces y, avanzando en dirección contraria al bosque, supe que los Lutavianos gozan, además de cabal salud, de un buen sentido del humor.
--crg
Debí haber sospechado que se trataba de Lutavianos cuando, al caminar por las orillas del bosque, nos cubrió la bruma.
Iban despacio y, en lugar de quejarse, celebraban el frío. Hablaban en voz muy baja sobre la extraña forma de la letra "r" y los azares de los paréntesis mientras aspiraban ruidosamente el húmedo aroma del verde.
--Esto es un bosque --decían, como si tal hecho necesitara de su constatación.
Cuando se detuvieron, justo en el centro de un charco y a un lado de un arbusto de enebro, para ponderar con suma seriedad el concepto de comas sucesivas, empecé a sospechar.
--Estoy detenida --musitó ella dirigiendo la vista hacia el cielo--, y tengo que encontrar una forma de detener este detenimiento.
La observé y, callada, elevé el rostro. Pronuncié las palabras bóveda celeste pensando en el color negro. Recordé que el enebro crece con facilidad en las regiones septentrionales, con clima temperado, y que las bayas, que se producen sólo en la planta femenina, son de color negro-azul cuando están maduras.
Los copos de nieve que me cerraron los párpados me dieron a entender que estaba en otro lugar.
In the "Pedagogical" notebook, under the heading "Poetry and Ethics" in the section labeled "the limitless, the impasse, the border, chance", I find a notion credited to Deleuze, who says all that ethics requires is that we not be unworthy of what happens to us.
--El detenimiento --susurró él-- nunca cesa de detenerse.
--El detenimiento --dije bajo la nieve, segura ya que se trataba de dos de ellos-- está lleno de acontecimientos.
Nos reímos entonces y, avanzando en dirección contraria al bosque, supe que los Lutavianos gozan, además de cabal salud, de un buen sentido del humor.
--crg
Friday, March 26, 2004
MAÑANA LLENA DE PELÍCANOS
Pelícanos por la ventana.
Pelícanos disfrazados de pelícanos haciéndose pasar por pelícanos.
Pelícanos acercándose no a la perfección, pero sí a la casi-perfección, al quedarse suspendidos por uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete segundos al ras del pacífico.
El pelícano que dice: la transparencia no es más que una coartada de lo que no se puede decir.
El pelícano que contesta: soy una cita textual del pacífico (en chicago style nonetheless).
El pelícano que, en perfecto silencio, sobrevuela un azul desconocido.
El pelícano que choca contra la puerta.
Este aletear.
--crg
Pelícanos por la ventana.
Pelícanos disfrazados de pelícanos haciéndose pasar por pelícanos.
Pelícanos acercándose no a la perfección, pero sí a la casi-perfección, al quedarse suspendidos por uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete segundos al ras del pacífico.
El pelícano que dice: la transparencia no es más que una coartada de lo que no se puede decir.
El pelícano que contesta: soy una cita textual del pacífico (en chicago style nonetheless).
El pelícano que, en perfecto silencio, sobrevuela un azul desconocido.
El pelícano que choca contra la puerta.
Este aletear.
--crg
Wednesday, March 24, 2004
RAYANDO EN LO FRONTERIZO
Las fronteras, tan súbitamente de moda, me atosigan. Pienso en ellas. Nací en ellas. Vivo en ellas. ¿Vivo en ellas? Vivo en ellas.
(nótese el plural, plis)
(y nótese el plis, por supuesto).
De tan dramática declaración seguida, para colmo, por sugerentes líneas en paréntesis, surgen las siguientes notas/preguntas:
1. Cuando asociamos el concepto de frontera a un referente geográfico único, ¿no estamos en realidad traicionando la fluctuación y el cruce intrínseco al término en cuanto tal?
(1bis. ¿pero no es la traición, en todo caso, un acto fronterizo en-sí-mismo?)
2. Si se separa el adjetivo de fronterizo (del producto cultural) del referente geográfico o regional de su autor, ¿se vuelve entonces fronteriza Cartografía del Cielo de Enrique Rentería o Diablo Guardián de Xavier Velasco?
3. Si enfatizamos la práctica del cruce y no el estático (y francamente pre-post-moderno) referente geográfico, ¿es fronteriza toda novela que explore un lugar-otro, tiempo-otro, cultura-otra?
(3bis. ¿pero es que, ya hablando en serio, existe una novela que no sea una novela-otra?)
4. ¿Todo lo fronterizo debe por fuerza existir en el fuera-de-lugar?
(4bis. declaro, en pleno uso de mis facultades, que todo lo fronterizo debe por fuerza existir en el fuera-de-lugar, especialmente el de sí-mismo)
5. Si al denfinir lo fronterizo hacemos énfasis en el producto cultural que privilegia el cruce de géneros (y me refiero aquí a los géneros literarios), ¿es fronterizo entonces todo texto que combine la prosa, la poesía, el pastiche, la voz, el etcétera?
(5bis. ver 3bis, plis)
6. ¿Es fronteriza toda novela en que un personaje femenino cruce y se convierta en uno masculino?
(6bis. ¿es Orlando una novela proto-fronteriza entonces?)
7. Y si todo lo anterior es medianamente cierto, ¿no resulta que el término frontera raya en lo fronterizamente inútil?
--crg
Las fronteras, tan súbitamente de moda, me atosigan. Pienso en ellas. Nací en ellas. Vivo en ellas. ¿Vivo en ellas? Vivo en ellas.
(nótese el plural, plis)
(y nótese el plis, por supuesto).
De tan dramática declaración seguida, para colmo, por sugerentes líneas en paréntesis, surgen las siguientes notas/preguntas:
1. Cuando asociamos el concepto de frontera a un referente geográfico único, ¿no estamos en realidad traicionando la fluctuación y el cruce intrínseco al término en cuanto tal?
(1bis. ¿pero no es la traición, en todo caso, un acto fronterizo en-sí-mismo?)
2. Si se separa el adjetivo de fronterizo (del producto cultural) del referente geográfico o regional de su autor, ¿se vuelve entonces fronteriza Cartografía del Cielo de Enrique Rentería o Diablo Guardián de Xavier Velasco?
3. Si enfatizamos la práctica del cruce y no el estático (y francamente pre-post-moderno) referente geográfico, ¿es fronteriza toda novela que explore un lugar-otro, tiempo-otro, cultura-otra?
(3bis. ¿pero es que, ya hablando en serio, existe una novela que no sea una novela-otra?)
4. ¿Todo lo fronterizo debe por fuerza existir en el fuera-de-lugar?
(4bis. declaro, en pleno uso de mis facultades, que todo lo fronterizo debe por fuerza existir en el fuera-de-lugar, especialmente el de sí-mismo)
5. Si al denfinir lo fronterizo hacemos énfasis en el producto cultural que privilegia el cruce de géneros (y me refiero aquí a los géneros literarios), ¿es fronterizo entonces todo texto que combine la prosa, la poesía, el pastiche, la voz, el etcétera?
(5bis. ver 3bis, plis)
6. ¿Es fronteriza toda novela en que un personaje femenino cruce y se convierta en uno masculino?
(6bis. ¿es Orlando una novela proto-fronteriza entonces?)
7. Y si todo lo anterior es medianamente cierto, ¿no resulta que el término frontera raya en lo fronterizamente inútil?
--crg
Saturday, March 20, 2004
Monday, March 15, 2004
DISEMINAR Y CONGREGAR
Lo que el cuerpo vivo disemina--en hijos, amigos, labores, memoria--lo congrega el cuerpo muerto: eso nos recuerdan los funerales.
Ahí donde la vida es una fuerza centrífuga--para utilizar los términos de Bakhtin--la muerte aparece en toda su magnificencia centrípeta.
La vida es periférica; la muerte, central.
--crg
Lo que el cuerpo vivo disemina--en hijos, amigos, labores, memoria--lo congrega el cuerpo muerto: eso nos recuerdan los funerales.
Ahí donde la vida es una fuerza centrífuga--para utilizar los términos de Bakhtin--la muerte aparece en toda su magnificencia centrípeta.
La vida es periférica; la muerte, central.
--crg
Sunday, March 14, 2004
Friday, March 12, 2004
LOS MUSHOS CENTROS
No es una provocación posmo. No es un asunto de política subalterna. No es una hipótesis lacaniana. (Aunque, a decir verdad, puede ser un poco de todo eso). Se trata, simplemente, de andar medio día en Tijuana preguntando: ¿y dónde está el centro?
Las respuestas que nos dieron, y las cuales seguimos al pie de la literal letra, nos llevaron a tantos lugares distintos que ahora, frente a esta pantalla, tengo la ominosa sospecha de que me encuentro en otro más de esos centros evasivos que desaparecen tan pronto sienten o presienten la aproximación.
Y si hay tantos centros, me pregunto yo, ¿a dónde exactamente se fue la periferia?
--crg
No es una provocación posmo. No es un asunto de política subalterna. No es una hipótesis lacaniana. (Aunque, a decir verdad, puede ser un poco de todo eso). Se trata, simplemente, de andar medio día en Tijuana preguntando: ¿y dónde está el centro?
Las respuestas que nos dieron, y las cuales seguimos al pie de la literal letra, nos llevaron a tantos lugares distintos que ahora, frente a esta pantalla, tengo la ominosa sospecha de que me encuentro en otro más de esos centros evasivos que desaparecen tan pronto sienten o presienten la aproximación.
Y si hay tantos centros, me pregunto yo, ¿a dónde exactamente se fue la periferia?
--crg
Tuesday, March 09, 2004
LUTAVIA
Lutavia es un pequeña república septentrional donde siempre cae nieve.
Desde tiempo inmemorial, los lutavianos han vivido con la convicción de que fuerzas anti-lutavianas los acechan y, por eso, organizan reuniones anarquistas cada semana. Las reuniones son tan secretas, sin embargo, que nadie sabe exactamente el día o el lugar donde se llevan a cabo, lo cual dificulta la organización de fuerzas anti-anti-lutavianas. De cualquier manera, los lutavianos andan usualmente enamorados y, luego entonces, piensan poco en el poder. Así, al no encontrar el lugar de la mítica reunión anarquista, pronto se contentan con charlar sobre cosas nimias alrededor de mesas rectangulares.
En Lutavia se habla el lutavianés, un idioma que nadie que no sea lutaviano ha escuchado ya que cuando los lutavianos salen de su septentrional república rápidamente aprenden los idiomas extranjeros. No es raro, por ejemplo, verlos regatear con sinigual maestría en mercados de pulgas en Nueva York o almacenes de antiguedades en Nueva Delhi. Tampoco es extraño oírlos disertar sobre temas varios en universidades periféricas.
Retraídos por naturaleza (dicen que las nieve los vuelve así), la única manera de extraer información de un lutaviano consiste en ofrecerle dulces de frambuesa. De hecho, el gusto por la frambuesa es tanta que un lutaviano promedio puede apostar su casa, su honra, su futuro y hasta su anillo de compromiso con tal de tener al menos la oportunidad de obtener tan preciado bien. Algo parecido, aunque no tan grave, ocurre con las flores, especialmente las de color amarillo.
Poco se sabe en realidad de ellos, aunque hay cosas que son definitivamente ciertas: Un lutaviano, por ejemplo, siempre hablará lutavianés con los suyos, o bien lo hará en secreto en caso de encontrarse en territorios ajenos. Un lutaviano, por más feliz que sea en otro sitio, siempre regresará a su septentrional casa de delgados techos blancos. Un lutaviano siempre pronuncia la palabra "nieve", que es la única que utilizan para describir el fenómeno atmosférico, antes de dormir. Y luego, ya sobre su cama, un lutaviano usualmente tiene dulces sueños.
--crg
Lutavia es un pequeña república septentrional donde siempre cae nieve.
Desde tiempo inmemorial, los lutavianos han vivido con la convicción de que fuerzas anti-lutavianas los acechan y, por eso, organizan reuniones anarquistas cada semana. Las reuniones son tan secretas, sin embargo, que nadie sabe exactamente el día o el lugar donde se llevan a cabo, lo cual dificulta la organización de fuerzas anti-anti-lutavianas. De cualquier manera, los lutavianos andan usualmente enamorados y, luego entonces, piensan poco en el poder. Así, al no encontrar el lugar de la mítica reunión anarquista, pronto se contentan con charlar sobre cosas nimias alrededor de mesas rectangulares.
En Lutavia se habla el lutavianés, un idioma que nadie que no sea lutaviano ha escuchado ya que cuando los lutavianos salen de su septentrional república rápidamente aprenden los idiomas extranjeros. No es raro, por ejemplo, verlos regatear con sinigual maestría en mercados de pulgas en Nueva York o almacenes de antiguedades en Nueva Delhi. Tampoco es extraño oírlos disertar sobre temas varios en universidades periféricas.
Retraídos por naturaleza (dicen que las nieve los vuelve así), la única manera de extraer información de un lutaviano consiste en ofrecerle dulces de frambuesa. De hecho, el gusto por la frambuesa es tanta que un lutaviano promedio puede apostar su casa, su honra, su futuro y hasta su anillo de compromiso con tal de tener al menos la oportunidad de obtener tan preciado bien. Algo parecido, aunque no tan grave, ocurre con las flores, especialmente las de color amarillo.
Poco se sabe en realidad de ellos, aunque hay cosas que son definitivamente ciertas: Un lutaviano, por ejemplo, siempre hablará lutavianés con los suyos, o bien lo hará en secreto en caso de encontrarse en territorios ajenos. Un lutaviano, por más feliz que sea en otro sitio, siempre regresará a su septentrional casa de delgados techos blancos. Un lutaviano siempre pronuncia la palabra "nieve", que es la única que utilizan para describir el fenómeno atmosférico, antes de dormir. Y luego, ya sobre su cama, un lutaviano usualmente tiene dulces sueños.
--crg
Sunday, March 07, 2004
LECTURA
Mañana 8 de marzo (día Internacional de la Mujer y Cumpleaños de Alguien Muy Querido) leeré en el Biarritz--un café que se encuentra enfrente de la plaza González Arratia, en pleno centro de esta ciudad de las Tierras Altas. Habrá Narrativa (feminista, desadjetivada, a-veces-masculina, dubitativa, de sal, en renglones largos y párrafos cortos, etcetérica) y Poemas varios (de lenguaje, pre-humanos, de más-allá-del-lenguaje, muy-acá, medio-agrios, absolutamente narrativos, con signos de interrogación).
La cita es a las 8:00 pm, en el Biarritz puesn (nótese el acento norteño).
--crg
Mañana 8 de marzo (día Internacional de la Mujer y Cumpleaños de Alguien Muy Querido) leeré en el Biarritz--un café que se encuentra enfrente de la plaza González Arratia, en pleno centro de esta ciudad de las Tierras Altas. Habrá Narrativa (feminista, desadjetivada, a-veces-masculina, dubitativa, de sal, en renglones largos y párrafos cortos, etcetérica) y Poemas varios (de lenguaje, pre-humanos, de más-allá-del-lenguaje, muy-acá, medio-agrios, absolutamente narrativos, con signos de interrogación).
La cita es a las 8:00 pm, en el Biarritz puesn (nótese el acento norteño).
--crg
EL JARDÍN ZEN DE LA AMIGA ERRANTE
La amiga-de-una-amiga vivió en casa por dos meses porque atravesaba, como se dice, momentos difíciles. La vi poco durante ese tiempo en realidad. Coincidíamos, a veces, de noche--cuando ella regresaba de sus largas jornadas de trabajo manual en la montaña y yo de mis largas jornadas frente a la pantalla--y, cansadas como estábamos la mayor parte del tiempo, conversábamos poco. Algunas veces hablamos sobre el frío o la belleza del paisaje invernal--el tipo de cosas con las que todo mundo está siempre de acuerdo o que, si no lo está, en realidad no importa tanto. A veces llegaba envuelta en gruesos abrigos oscuros, bufandas de lana y geométricos gorros que me hacían pensar que acababa de dejar una reunión anarquista en lugares con nombres como Lutavia. A veces me la encontraba sentada en el rellano de la entrada presa de inmóviles trances metafísicos. A veces olía jazmín. A veces olía a tabaco.
La amiga-de-mi-amiga decidió irse a un lugar más templado--y no la culpo por eso, es más, no sólo la entiendo sino que también la apoyo--y, cuando me dio la noticia, imaginé que apenas si notaría la ausencia de su presencia discreta, agradable, serena.
Me equivoqué en esto, como en tantas otras cosas.
A cada rato me topo con sus huellas. Ahí está el jardin zen que, en un arranque de misticismo intergeneracional, le regaló a mi hijo para recibir el año nuevo. Y esta mañana puse el cd pirata que me trajo, junto con los acordes de la música italiana, su sonrisa tímida, su mirada interrogante. Su cereal sigue en la alacena como siguen sus 23 libros agazapados en la esquina de uno de mis libreros. Y ahí está, sobre el enano refrigerador, esa jarrita de talavera a la que sólo le cabe media botella de vino.
Veo todo eso y me da gusto comprobar que, en la vida como en los libros, entre más discreta la presencia, más escandalosa es la huella. Más perdurable.
--crg
La amiga-de-una-amiga vivió en casa por dos meses porque atravesaba, como se dice, momentos difíciles. La vi poco durante ese tiempo en realidad. Coincidíamos, a veces, de noche--cuando ella regresaba de sus largas jornadas de trabajo manual en la montaña y yo de mis largas jornadas frente a la pantalla--y, cansadas como estábamos la mayor parte del tiempo, conversábamos poco. Algunas veces hablamos sobre el frío o la belleza del paisaje invernal--el tipo de cosas con las que todo mundo está siempre de acuerdo o que, si no lo está, en realidad no importa tanto. A veces llegaba envuelta en gruesos abrigos oscuros, bufandas de lana y geométricos gorros que me hacían pensar que acababa de dejar una reunión anarquista en lugares con nombres como Lutavia. A veces me la encontraba sentada en el rellano de la entrada presa de inmóviles trances metafísicos. A veces olía jazmín. A veces olía a tabaco.
La amiga-de-mi-amiga decidió irse a un lugar más templado--y no la culpo por eso, es más, no sólo la entiendo sino que también la apoyo--y, cuando me dio la noticia, imaginé que apenas si notaría la ausencia de su presencia discreta, agradable, serena.
Me equivoqué en esto, como en tantas otras cosas.
A cada rato me topo con sus huellas. Ahí está el jardin zen que, en un arranque de misticismo intergeneracional, le regaló a mi hijo para recibir el año nuevo. Y esta mañana puse el cd pirata que me trajo, junto con los acordes de la música italiana, su sonrisa tímida, su mirada interrogante. Su cereal sigue en la alacena como siguen sus 23 libros agazapados en la esquina de uno de mis libreros. Y ahí está, sobre el enano refrigerador, esa jarrita de talavera a la que sólo le cabe media botella de vino.
Veo todo eso y me da gusto comprobar que, en la vida como en los libros, entre más discreta la presencia, más escandalosa es la huella. Más perdurable.
--crg
Saturday, March 06, 2004
REMATERIALIZACIÓN
1. El Post-Colonial Liberation Army proclama que el mundo está lleno de objetos.
2. Que hay objetos los cuales se clasifican según categorías culturales fluctuantes.
3. Que los objetos de arte aspiran por igual y distintamente a ser: a)iguales a cualesquiera de los otros objetos del mundo; o: b)distintos en su valor a todos los otros objetos del mundo.
4. Que si por el hecho de funcionar dentro de los sistemas de una categoría como lo es el arte, estos objetos son percibidos como singulares y diferentes de los otros, esa percepción es una instancia de poder del grupo que la genera.
5. Que los objetos de arte no se caracterizan por su materialidad.
6. Que el material fundamental del cual se componen los objetos de arte es arte.
7. Que siendo el arte una mirada que busca sus significados en las cosas del mundo, otra materia formativa en la constitución del objeto de arte es, precisamente, la mirada.
8. Que las categorías culturales fluctuantesse componen de muchas visiones de los mundos del arte proponen valoraciones diversas y a veces paralelas entre sí, tanto del objeto artístico como del objeto de arte.
9. Que no es fácil.
10. Que los procesos de abstracción simbólica son parte recíproca y/o constituyente de los procesos de abstracción de lo económico.
11. Que siendo el Artista, el Arte, la Institución, el Discrurso, el Texto, lo Simbólico, la Mirada, lo que da significado al objeto de arte, el valor del mismo existe sólo en la medida en que los elementos anteriores son proyectados sobre la actividad del arte.
12. Que el objeto de arte es une spacio en el coinciden y se ignoran mutuamente muchos espacios.
13. Que sería falso acusar al movimento del Arte Conceptual y su propósito de Desmaterialización del Objeto de Arte de haber clarificado la estrategia aplicada hoy día por el capital especulativo y financiero, o de haber inspirado el proceso económicode la sociedad post-industrial según la cual los sectores dedicados a servicios, mantenimiento, entretenimiento-tiempo libre, ocupan a sectores más grandes de la población que los dedicados a la producción de bienes materiales de consumo.
14. Que en un sentido, estar en dos lugares es estar presente y estar en la representación al mismo tiempo.
15. Que si no hubiera arte, el mundo sería sólo mundo y con otro Modelo de Objeto de la Paradoja.
16. Que visto de esta manera, el yo no es un objeto percibido sino un objeto mental creado por una operación organizativa sobre una corriente de impresiones, las cuales en sí carecen de esa organización.
(borrador sometido a discusión preliminar para la preparación del Primer Congreso Contemporáneo del Post-Colonial Liberation Army (r), Madrid, enero-febrero 2001)-
--crg
1. El Post-Colonial Liberation Army proclama que el mundo está lleno de objetos.
2. Que hay objetos los cuales se clasifican según categorías culturales fluctuantes.
3. Que los objetos de arte aspiran por igual y distintamente a ser: a)iguales a cualesquiera de los otros objetos del mundo; o: b)distintos en su valor a todos los otros objetos del mundo.
4. Que si por el hecho de funcionar dentro de los sistemas de una categoría como lo es el arte, estos objetos son percibidos como singulares y diferentes de los otros, esa percepción es una instancia de poder del grupo que la genera.
5. Que los objetos de arte no se caracterizan por su materialidad.
6. Que el material fundamental del cual se componen los objetos de arte es arte.
7. Que siendo el arte una mirada que busca sus significados en las cosas del mundo, otra materia formativa en la constitución del objeto de arte es, precisamente, la mirada.
8. Que las categorías culturales fluctuantesse componen de muchas visiones de los mundos del arte proponen valoraciones diversas y a veces paralelas entre sí, tanto del objeto artístico como del objeto de arte.
9. Que no es fácil.
10. Que los procesos de abstracción simbólica son parte recíproca y/o constituyente de los procesos de abstracción de lo económico.
11. Que siendo el Artista, el Arte, la Institución, el Discrurso, el Texto, lo Simbólico, la Mirada, lo que da significado al objeto de arte, el valor del mismo existe sólo en la medida en que los elementos anteriores son proyectados sobre la actividad del arte.
12. Que el objeto de arte es une spacio en el coinciden y se ignoran mutuamente muchos espacios.
13. Que sería falso acusar al movimento del Arte Conceptual y su propósito de Desmaterialización del Objeto de Arte de haber clarificado la estrategia aplicada hoy día por el capital especulativo y financiero, o de haber inspirado el proceso económicode la sociedad post-industrial según la cual los sectores dedicados a servicios, mantenimiento, entretenimiento-tiempo libre, ocupan a sectores más grandes de la población que los dedicados a la producción de bienes materiales de consumo.
14. Que en un sentido, estar en dos lugares es estar presente y estar en la representación al mismo tiempo.
15. Que si no hubiera arte, el mundo sería sólo mundo y con otro Modelo de Objeto de la Paradoja.
16. Que visto de esta manera, el yo no es un objeto percibido sino un objeto mental creado por una operación organizativa sobre una corriente de impresiones, las cuales en sí carecen de esa organización.
(borrador sometido a discusión preliminar para la preparación del Primer Congreso Contemporáneo del Post-Colonial Liberation Army (r), Madrid, enero-febrero 2001)-
--crg
Friday, March 05, 2004
IDENTIFICATION PAPERS by DIANA FUSS
Argumenta Diana Fuss, una de las más importantes exponentes de la teoría queer elaborada en Estados Unidos, que es a través del trabajo de identificación que se problematiza el concepto de identidad. La identificación, dice, "es un proceso que mantiene a la identidad a la distancia, evitando que llegue al status de un dado ontológico, aun cuando hace posible la ilusión de la identidad como algo inmediato, seguro, totalizable".
Ahora bien, si la identificación incluye la internalización del otro y elude, a la vez, el deseo analítico de la posesión y la apropiación, entonces, se pregunta Fuss, "¿cómo se puede traer al otro al dominio del conocimiento sin aniquilar ese otro en tanto otro--algo que precisamente no puede ser conocido?" La identificación es, además, móvil, elástica, volátil. Un sitio de investidura erótica continuamente abierta a las oscilaciones de la fantasía que excede, por lo tanto, los límites de las determinaciones sociales, históricas y políticas.
Todo esto, a decir de Diana Fuss, tiene importantes ramificaciones políticas: "¿Cómo puede cambiar nuestra concepción de la política, de la naturaleza misma y significado de los lazos sociales, el saber que cada reclamo de identidad ("No soy otro") está basado en la identificación ("Yo deseo ser otro")? ¿Cómo cambiaría nuestro concepto de identidad si finalmente nos tomáramos en serio la noción post-estructuralista de que nuestros más apasionados identificaciones incorporan en ellas no-identidades y que nuestras más fervientes desidentificaciones pueden contener ya una identidad que buscan negar?".
En todo caso, con las identificaciones no-identatarias o las desidentificaciones idénticas de Diana Fuss, pregunto: ¿Cuándo un hombre-que-es-gay-a-veces desea a una mujer-que-a-veces-es-gay, ¿quién desea a quién? O aún mejor: ¿Qué desea a qué?
Para Freud, por ejemplo, el deseo por un sexo siempre va aparejado por la identificación con el sexo contrario, así que desear e identificarse con la persona del mismo sexo es, en su modelo, una imposibilidad teórica. Pero, como pregunta la Fuss, ¿por qué asumir que la sexualidad del sujeto dado está estructurada en pares? Incluso, para hacer la cosa más complicada, se pregunta Ian: "¿Qué nos dice que un hombre y una mujer deben desearse automáticamente como otros, y nunca responderse el uno a otro de alguna manera como "lo mismo"?
--crg
Argumenta Diana Fuss, una de las más importantes exponentes de la teoría queer elaborada en Estados Unidos, que es a través del trabajo de identificación que se problematiza el concepto de identidad. La identificación, dice, "es un proceso que mantiene a la identidad a la distancia, evitando que llegue al status de un dado ontológico, aun cuando hace posible la ilusión de la identidad como algo inmediato, seguro, totalizable".
Ahora bien, si la identificación incluye la internalización del otro y elude, a la vez, el deseo analítico de la posesión y la apropiación, entonces, se pregunta Fuss, "¿cómo se puede traer al otro al dominio del conocimiento sin aniquilar ese otro en tanto otro--algo que precisamente no puede ser conocido?" La identificación es, además, móvil, elástica, volátil. Un sitio de investidura erótica continuamente abierta a las oscilaciones de la fantasía que excede, por lo tanto, los límites de las determinaciones sociales, históricas y políticas.
Todo esto, a decir de Diana Fuss, tiene importantes ramificaciones políticas: "¿Cómo puede cambiar nuestra concepción de la política, de la naturaleza misma y significado de los lazos sociales, el saber que cada reclamo de identidad ("No soy otro") está basado en la identificación ("Yo deseo ser otro")? ¿Cómo cambiaría nuestro concepto de identidad si finalmente nos tomáramos en serio la noción post-estructuralista de que nuestros más apasionados identificaciones incorporan en ellas no-identidades y que nuestras más fervientes desidentificaciones pueden contener ya una identidad que buscan negar?".
En todo caso, con las identificaciones no-identatarias o las desidentificaciones idénticas de Diana Fuss, pregunto: ¿Cuándo un hombre-que-es-gay-a-veces desea a una mujer-que-a-veces-es-gay, ¿quién desea a quién? O aún mejor: ¿Qué desea a qué?
Para Freud, por ejemplo, el deseo por un sexo siempre va aparejado por la identificación con el sexo contrario, así que desear e identificarse con la persona del mismo sexo es, en su modelo, una imposibilidad teórica. Pero, como pregunta la Fuss, ¿por qué asumir que la sexualidad del sujeto dado está estructurada en pares? Incluso, para hacer la cosa más complicada, se pregunta Ian: "¿Qué nos dice que un hombre y una mujer deben desearse automáticamente como otros, y nunca responderse el uno a otro de alguna manera como "lo mismo"?
--crg
Thursday, March 04, 2004
LA LÓGICA DEL ESCÁNDALO
La primacía de la imagen sobre la palabra.
La "transparencia", esa arma del autoritarismo y el terror, haciéndose pasar como hermana gemela de la democracia.
Una especie de melodrama con ácido.
Una narrativa que privilegia el quehacer de los Grandes Hombres de nuestro siglo (aunque su historia incluya, como todas las otras, a mujeres distinguidas).
La pérdida de espacio del espacio público (no siendo privado por definición, el escandalo nunca alcanza a ser público--puesto que su existencia destruye las bases mismas de lo público--se trata en realidad de un fenómeno pre-público).
La pérdida del capital social y cultural de Lo Político.
Si Habermas hubiera escrito entre nosotros, su teoría de la acción comunicativa habría tenido menos páginas, más misterio y, definitivamente, menos fe.
--crg
La primacía de la imagen sobre la palabra.
La "transparencia", esa arma del autoritarismo y el terror, haciéndose pasar como hermana gemela de la democracia.
Una especie de melodrama con ácido.
Una narrativa que privilegia el quehacer de los Grandes Hombres de nuestro siglo (aunque su historia incluya, como todas las otras, a mujeres distinguidas).
La pérdida de espacio del espacio público (no siendo privado por definición, el escandalo nunca alcanza a ser público--puesto que su existencia destruye las bases mismas de lo público--se trata en realidad de un fenómeno pre-público).
La pérdida del capital social y cultural de Lo Político.
Si Habermas hubiera escrito entre nosotros, su teoría de la acción comunicativa habría tenido menos páginas, más misterio y, definitivamente, menos fe.
--crg
SESENTA Y CINCO MIL EJEMPLARES
Me dice Ana García Bergua que la SEP acaba de incluir su libro de relatos El Imaginador para las escuelas.
Y dice: "Aquí tengo el libro, ya re-editado por ERA para la ocasión, lleno de sellos: Libros del Rincón, Espejo de Urania, Programa Nacional de Lectura, SEP, Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito. Ahora El imaginador, más otros cuatro libros editados por ERA y otros tantos de otras editoriales, está en las bibliotecas escolares. Está padre, ¿verdad? Y, como te decía, soporté una sesión entera de dentista repitiendo el mantra: sesenta y cinco mil ejemplares. Sesenta y cinco mil ejemplares. Todavía no lo creo, pues en mi cabeza sólo caben, a lo mucho, dos mil ejemplares, que es lo que logramos que nos publiquen, con mucho esfuerzo, los escritores de este país".
Y yo digo que esto merece que felicitemos a la SEP, por mostrar tan buen juicio en sus elecciones, y a Ana, por supuesto, por esos sesenta y cinco mil ejemplares que su imaginador, seguramente, no tendrá dificultad alguna en imaginar.
--crg
Me dice Ana García Bergua que la SEP acaba de incluir su libro de relatos El Imaginador para las escuelas.
Y dice: "Aquí tengo el libro, ya re-editado por ERA para la ocasión, lleno de sellos: Libros del Rincón, Espejo de Urania, Programa Nacional de Lectura, SEP, Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito. Ahora El imaginador, más otros cuatro libros editados por ERA y otros tantos de otras editoriales, está en las bibliotecas escolares. Está padre, ¿verdad? Y, como te decía, soporté una sesión entera de dentista repitiendo el mantra: sesenta y cinco mil ejemplares. Sesenta y cinco mil ejemplares. Todavía no lo creo, pues en mi cabeza sólo caben, a lo mucho, dos mil ejemplares, que es lo que logramos que nos publiquen, con mucho esfuerzo, los escritores de este país".
Y yo digo que esto merece que felicitemos a la SEP, por mostrar tan buen juicio en sus elecciones, y a Ana, por supuesto, por esos sesenta y cinco mil ejemplares que su imaginador, seguramente, no tendrá dificultad alguna en imaginar.
--crg
Wednesday, March 03, 2004
UN MUNDO SIN PRESENTADORES
Basta de eufemismos: mi corta carrera como presentadora no ha sido "mal pagada" sino total y literalmente sin honorario alguno. Entiendo que las pequeñas editoriales independientes no estén en condiciones de pagar a sus presentadores invitados, pero asumo que para las grandes trasnacionales este gasto debe ser mínimo y, además, debe estar contemplado en su nómina.
Bajo amenaza de dejar al mundo literario sin presentadores en una huelga inédita y por demás salvaje, propongo que los presentadores pidamos un honorario que cubra los gastos de: horas de lectura (50 páginas por hora con notas en los márgenes), horas de redacción (3 páginas por hora) del documento presentador, y horas de preocupación sobre qué decir en la presentación (1 hora por evento).
Así, un libro de 250 páginas implicaría el pago de cinco horas de lectura, una de redacción y una de preocupación. Si contemplamos un sueldo promedio de 500 pesos por hora, tendríamos entonces un honorario de $3,500.00 pesos en este hipotético caso.
¡Presentadores del mundo, uníos!
--crg
Basta de eufemismos: mi corta carrera como presentadora no ha sido "mal pagada" sino total y literalmente sin honorario alguno. Entiendo que las pequeñas editoriales independientes no estén en condiciones de pagar a sus presentadores invitados, pero asumo que para las grandes trasnacionales este gasto debe ser mínimo y, además, debe estar contemplado en su nómina.
Bajo amenaza de dejar al mundo literario sin presentadores en una huelga inédita y por demás salvaje, propongo que los presentadores pidamos un honorario que cubra los gastos de: horas de lectura (50 páginas por hora con notas en los márgenes), horas de redacción (3 páginas por hora) del documento presentador, y horas de preocupación sobre qué decir en la presentación (1 hora por evento).
Así, un libro de 250 páginas implicaría el pago de cinco horas de lectura, una de redacción y una de preocupación. Si contemplamos un sueldo promedio de 500 pesos por hora, tendríamos entonces un honorario de $3,500.00 pesos en este hipotético caso.
¡Presentadores del mundo, uníos!
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BONOBOS: MAMÁ MORFINA Y LOS CURSOS IMANTADOS
Mi corta (y mal pagada) carrera como presentadora oficial inició el domingo pasado en el Palacio de Minería y llega felizmente a su fin este martes, en la Casa del Poeta. Estaré ahí, a las 7:00 p.m., presentando uno de los dos libros publicados hasta ahora por Bonobos--una editorial independiente dirigida por Amelia Suárez, Santiago Matías y Adolfo Estrada que surge, increíble pero cierto, en esta ciudad de Tierras Altas. El libro en cuestión es Los cursos imantados, una antología de poemas de la autora cubana Caridad Atencio (con ese nombre, digo yo, no tenía otra alternativa más que convertirse en poeta). Dice Amelia Suárez en el prólogo que hay dos vertientes en los textos de Atencio "por un lado, la búsqueda de ángulos espurios que le permitan acceder al movimiento imperceptible de las cosas y los seres; y, por otro, la reflexión sobre la escritura y los mecanismos que condicionan la arbitrariedad del acto creativo".
Bonobos, nombre con el que se describe al primate que articuló por primera vez un fonema, empezó sus labores con la publicación de Mamá Morfina , los once poemas del poeta italiano Eros Alessi traducidos al español por el poeta mexicano Guillermo Fernández.
"El primer sonido. La primera palabra. El primer experimento. Bonobos es una editorial independiente abocada a la publicación de escrituras que atreven otros modos, maneras inéditas, recursos inesperados".
Los esperamos, pues, el martes 9 de marzo a las 7:00 p.m., en la Casa del Poeta.
--crg
Mi corta (y mal pagada) carrera como presentadora oficial inició el domingo pasado en el Palacio de Minería y llega felizmente a su fin este martes, en la Casa del Poeta. Estaré ahí, a las 7:00 p.m., presentando uno de los dos libros publicados hasta ahora por Bonobos--una editorial independiente dirigida por Amelia Suárez, Santiago Matías y Adolfo Estrada que surge, increíble pero cierto, en esta ciudad de Tierras Altas. El libro en cuestión es Los cursos imantados, una antología de poemas de la autora cubana Caridad Atencio (con ese nombre, digo yo, no tenía otra alternativa más que convertirse en poeta). Dice Amelia Suárez en el prólogo que hay dos vertientes en los textos de Atencio "por un lado, la búsqueda de ángulos espurios que le permitan acceder al movimiento imperceptible de las cosas y los seres; y, por otro, la reflexión sobre la escritura y los mecanismos que condicionan la arbitrariedad del acto creativo".
Bonobos, nombre con el que se describe al primate que articuló por primera vez un fonema, empezó sus labores con la publicación de Mamá Morfina , los once poemas del poeta italiano Eros Alessi traducidos al español por el poeta mexicano Guillermo Fernández.
"El primer sonido. La primera palabra. El primer experimento. Bonobos es una editorial independiente abocada a la publicación de escrituras que atreven otros modos, maneras inéditas, recursos inesperados".
Los esperamos, pues, el martes 9 de marzo a las 7:00 p.m., en la Casa del Poeta.
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Monday, March 01, 2004
LYN HEJINIAN AL ESPAÑOL
Acuso recibo de mensaje de Lyn Hejinian, una de las más prominentes poetas contemporáneas de Estados Unidos.
"To my knowledge" me informa "neither MY LIFE in its entirety nor any part of SLOWLY have been translated into Spanish. Estaban Pujals, some twelve or more years ago, translated a small part of MY LIFE into Spanish, and the result was included in an anthology called LA LENGUA RADICAL that was published in 1992 in
Madrid by Gramma Poesia".
Que el mensaje termine aceptando mi propuesta de traducir ambos libros al español me da un gusto enorme.
Además de una importantísima poeta, Hejinian ha escrito de manera por demás profunda sobre los temas del tiempo, la conciencia y la percepción. Sus intereses cubren una gama amplísima de textos y figuras que van de Sir Francis Bacon a los formalistas rusos, de William James a Hannah Arendt. Hejinian, además, ha escrito de manera admirable sobre Gertrude Stein. Les recomiendo ampliamente su libro de ensayos The Language of Inquiry (Berkeley: University of California Press, 2000).
--crg
Acuso recibo de mensaje de Lyn Hejinian, una de las más prominentes poetas contemporáneas de Estados Unidos.
"To my knowledge" me informa "neither MY LIFE in its entirety nor any part of SLOWLY have been translated into Spanish. Estaban Pujals, some twelve or more years ago, translated a small part of MY LIFE into Spanish, and the result was included in an anthology called LA LENGUA RADICAL that was published in 1992 in
Madrid by Gramma Poesia".
Que el mensaje termine aceptando mi propuesta de traducir ambos libros al español me da un gusto enorme.
Además de una importantísima poeta, Hejinian ha escrito de manera por demás profunda sobre los temas del tiempo, la conciencia y la percepción. Sus intereses cubren una gama amplísima de textos y figuras que van de Sir Francis Bacon a los formalistas rusos, de William James a Hannah Arendt. Hejinian, además, ha escrito de manera admirable sobre Gertrude Stein. Les recomiendo ampliamente su libro de ensayos The Language of Inquiry (Berkeley: University of California Press, 2000).
--crg
NINGÚN RELOJ CUENTA ESTO
Viví muchos años sin reloj de pulsera. No lo necesitaba para despertarme porque ahí estaba sobre el nochero el adecuadamente llamado reloj despertador con su alarma inaudita. No lo necesitaba para orientarme entre las luces de la mañana para saber qué horas eran ni para cambiar de salones de clase ni para saber el momento exacto en que tenía hambre. Vivía, pues, en un mundo cuyo tiempo no era medido ni clasificiado de acuerdo a ningún mecanismo exterior a mis prácticas privadas o a mis deseos. A ese mundo usualmente le llamo mi adolescencia aunque en realidad se prolongó hasta lo que algunos denominan la edad adulta. Todo eso cambió en 1995, cuando obtuve mi primer trabajo en DePauw University, en Greencastle, Indiana. En perpetua desorientación climática y bajo la presión salvaje de ese cabalísitco primer año en la academia gringa, no tuve otra opción. Con plena consciencia de que ese acto cambiaría mi vida, me desperté temprano la mañana elegida y, en bicicleta, manejando de manera por demás lenta sobre colinas apenas inclinadas, llegué hasta la tienda del centro donde había visto relojes en exhibición. Era una mañana estupenda de otoño y ahí, bajo su luz, jadeando todavía por el esfuerzo o la anticipación, compré mi primer timex por 11 dólares. Los años, como sucede con frecuencia en la narrativa, pasaron. Y todos y cada uno de ellos, con meses y días y minutos incluidos, fueron medidos expeditamente por el timex proverbial. Todos ellos, lo repito. Todos ellos una y otra vez.
Hasta hace dos semanas.
No lo planée. No lo dispuse así. Simplemente lo olvidé dentro de un locker. Y, luego, a causa de todas las cosas que no puden o no quieren ser medidas y que, una vez liberadas de tal medición, se suceden en bandadas colosales, estrepitosas, inverosímiles, no he tenido tiempo de comprarme otro.
Ahora ningún reloj, efectivamente, cuenta esto.
--crg
Viví muchos años sin reloj de pulsera. No lo necesitaba para despertarme porque ahí estaba sobre el nochero el adecuadamente llamado reloj despertador con su alarma inaudita. No lo necesitaba para orientarme entre las luces de la mañana para saber qué horas eran ni para cambiar de salones de clase ni para saber el momento exacto en que tenía hambre. Vivía, pues, en un mundo cuyo tiempo no era medido ni clasificiado de acuerdo a ningún mecanismo exterior a mis prácticas privadas o a mis deseos. A ese mundo usualmente le llamo mi adolescencia aunque en realidad se prolongó hasta lo que algunos denominan la edad adulta. Todo eso cambió en 1995, cuando obtuve mi primer trabajo en DePauw University, en Greencastle, Indiana. En perpetua desorientación climática y bajo la presión salvaje de ese cabalísitco primer año en la academia gringa, no tuve otra opción. Con plena consciencia de que ese acto cambiaría mi vida, me desperté temprano la mañana elegida y, en bicicleta, manejando de manera por demás lenta sobre colinas apenas inclinadas, llegué hasta la tienda del centro donde había visto relojes en exhibición. Era una mañana estupenda de otoño y ahí, bajo su luz, jadeando todavía por el esfuerzo o la anticipación, compré mi primer timex por 11 dólares. Los años, como sucede con frecuencia en la narrativa, pasaron. Y todos y cada uno de ellos, con meses y días y minutos incluidos, fueron medidos expeditamente por el timex proverbial. Todos ellos, lo repito. Todos ellos una y otra vez.
Hasta hace dos semanas.
No lo planée. No lo dispuse así. Simplemente lo olvidé dentro de un locker. Y, luego, a causa de todas las cosas que no puden o no quieren ser medidas y que, una vez liberadas de tal medición, se suceden en bandadas colosales, estrepitosas, inverosímiles, no he tenido tiempo de comprarme otro.
Ahora ningún reloj, efectivamente, cuenta esto.
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CORTA-A(L)-AZAR: corte! azar!
Creo fervientemente que la lectura es un acto crítico. El que lee interpreta. El que lee produce una versión-otra de lo leído. El que lee versiona y, al versionar, resucita o libera lo que fijó la letra im-presa. La obra de los grandes es grande precisamente porque invita y, de hecho, precisa de lecturas críticas y de lecturas varias. Un autor leído de UNA manera es un autor muerto.
Por esa razón, cuando el periodista Winston Manrique de Babelia, del suplemento cultural del diario español El País, me pidió una opinión propia sobre la obra de Julio Cortázar acepté hacerlo, aún y cuando el espacio para tal opinión estaba restringida a ocho líneas. Tal vez fue más que mero (cort)azar que, semanas antes, a petición de la doctora Maricruz Castro, profesora de literatura y directora de la Cátedra de Humanidades del ITESM-Campus Toluca, había empezado a formular los elementos para un pequeño ensayo sobre la obra del Cronopio Mayor para una publicación que circulará entre alumnos de esta institución. Así entonces, y en vista de las restricciones de espacio propias de la prensa, decidí incluir las tres tesis principales que planeaba desarrollar en dicho ensayo: primeramente, que Julio Cortázar es el Gran Contemporáneo, en directa alusión a un concepto fundamental en la obra de Gertrude Stein, la escritora experimental nacida en Estados Unidos y exiliada por muchos años en Paris; en segundo lugar, que la obra de Cortázar es fundamentalmente política no sólo por los pronunciamientos que hizo (sobre todo después de Rayuela) como autor de una de las obras más entrañables y esenciales en la historia de la literatura latinoamericana y mundial, sino también por los riesgos radicales que tomó dentro y en varios textos; y, por último, que una lectura de la obra de Julio Cortázar desde ciertas teorías de género (y aquí me refiero puntualmente a la obra de Judith Butler y su Gender Trouble) nos ayudaría a problematizar y, luego entonces, hacer presente o, vale decir, contemporaneizar, la por demás complicada construcción de personajes masculinos y femeninos que estructuran a la rayuela de los géneros en Rayuela.
Escritas de manera sucinta para no rebasar las ocho líneas requeridas, estas ideas no tenían como intención ni adecuarse a pareceres generalizados ni agradar al público. Mi intención era meramente responder con una opinión propia a una pregunta dirigida a varios autores tanto españoles como latinoamericanos. Aunque la provocación a ultranza nunca ha sido mi estilo, no puedo negar que sí esperaba respuestas. La que Gil Gamés publicó en su columna Tres Sin Sacar en Crónica Dominical, el suplemento cultural del diario mexicano La Crónica el sábado 21 de febrero del año en curso no tuvo ni la argumentación ni el tono que yo me esperaría en un debate público, pero en ella soy interpelada aunque, desgraciadamente, en ella también se me manda callar. Lo segundo me parece grave. Sin embargo, lo verdaderamente importante para mí ha ocurrido después. Me refiero a la reacción de algunos miembros de la comunidad intelectual mexicana—narradores, poetas, bloguistas, académicos, artistas—que, haciendo uso generoso de su tiempo y talento, empezaron a mandar respuestas, en muchos casos pequeños ensayos, a mi correo personal. Estos textos, los cuales he ido publicando poco a poco en mi bitácora electrónica (www.cristinariveragarza.blogspot.com) bajo el título de CORTA-A(L)-AZAR, no sólo han hecho patente que todos ellos y ellas estaban y están dispuestos a participar en un debate de ideas, sino también que la obra de Julio Cortázar sigue viva, abierta a los ojos críticos de nuevas generaciones de lectores.
Creo que le debo a la calidad y cantidad de tales respuestas, a la vocación evidente por el debate público de ideas implícita en todas ellas, una elaboración un poco más amplia y mejor fundamentada de las tesis que, repito, por cuestiones propias de los espacios restringidos de la prensa, anoté en apenas ocho líneas para Babelia. Por esa razón, adelanto aquí una versión reducida del primer capítulo del ensayo sobre Julio Cortázar que, gracias al debate que ha quedado registrado en este blogspot, ahora será un ensayo polifónico apropiadamente cortazariano. Quiero decir que he invitado a varios de los participantes en este debate a formar parte del ensayo con los comentarios que a bien tuvieron presentar en este espacio.
Cortázar como el Gran Contemporáneo: el sentido steiniano
Cuando imparto talleres de creación literaria usualmente asigno el ensayo “How Writing is Written” (en traducción al español de la poeta tijuanense Laura Jáuregui) de la escritora norteamericana Gertrude Stein—nuestra gran autora experimental, alumna de William James y exiliada, junto con su compañera Alice B. Toklas, en Paris. Lo tomo como punto de partida porque ahí Stein explora la cuestión de las “expresiones” de la escritura desde su sustrato más material. La escritura como una realidad encarnada. La escritura como una indagación en el sentido temporal. Así, tratando de explicar cómo sucede el proceso de la escritura, cómo la escritura es escrita, la Stein declara desde el mismo primer párrafo que “todos ustedes son contemporáneos unos de otros, y todo el asunto de la escritura es vivir en esa contemporaneidad”. Saber en qué consiste el sentido temporal de tal contemporaneidad es, al decir de Gertrude Stein, el deber de todo escritor que no quiere vivir bajo la sombra del pasado o la imaginación del futuro--dos de los territorios donde se perviven las obras menores. “Un escritor que está haciendo una revolución tiene que ser contemporáneo”, afirma sin tapujos ni resabios.
Indagar en ese sentido temporal, por otra parte, no es una labor abstracta sino radicalmente material. Para el escritor, esta indagación no se lleva a cabo en la mente o en las ideas de una época, sino que tiene que realizarse en el lenguaje, en la sintaxis, en la oración. Las marcas del sentido temporal, sus distintas encarnaciones, no son visibles en lo que se expresa, sino en la expresión misma--en la irreductible materialidad de la escritura. De ahí, por ejemplo, el interés de Gertrude Stein por la composición, por las partes del discurso y por los métodos del habla. De ahí que soliera declarar “la puntuación es una cuestión vital” y que le dedicara ensayos enteros al significado y posicionamiento de comas, sustantivos, verbos. De ahí que, al considerar que la repetición no existe, que no hay tal cosa como la repetición, puesto que toda narración involucra una variación, Gertrude Stein escribiera su célebre: una rosa es una rosa es una rosa.
También decía Stein que el escritor contemporáneo, el que escribe con/desde el sentido temporal de su época, y en contra, luego entonces, de los hábitos heredados del pasado o los imaginarios del futuro, siempre producirá algo “con la apariencia de fealdad”. Y aquí, por “fealdad” Stein quiere decir algo “irreconocible”, algo con lo que los habitantes de esta época todavía no están “familiarizados”. Esta resistencia, que para Stein era tanto interna como externa, ocasiona que el escritor contemporáneo sea usualmente rechazado por su generación (el producto es demasiado “feo”) pero que sea aceptado por la siguiente--para cuyos integrantes el producto será más “perceptible”.
Son estos tres puntos contenidos en How Writing is Written los que de manera más directa me llevaron a considerar a Julio Cortázar como nuestro Gran Contemporáneo. El escritor de su presente que, precisamente por serlo hasta la médula, ha podido dar el salto y hablar de tú a tú con generaciones enteras de lectores no sólo en Latinoamérica sino en el mundo entero. Me explico: no el visionario de las grandes narrativas románticas, no el nostálgico de lo que pudo haber pasado, no el adelantado a su época, sino el anegado, el inmerso a tal grado en el propio sentido temporal de su contemporaneidad que produjo esa cosa “fea”, esa cosa ciertamente atípica que fue, por ejemplo, Rayuela para muchos de sus críticos iniciales porque ahí, en su lenguaje, estructura, abismo y riesgo encarnan, como en pocas cosas, la velocidad y el ritmo y el habla de esa medio mitad del siglo XX .
--crg
Creo fervientemente que la lectura es un acto crítico. El que lee interpreta. El que lee produce una versión-otra de lo leído. El que lee versiona y, al versionar, resucita o libera lo que fijó la letra im-presa. La obra de los grandes es grande precisamente porque invita y, de hecho, precisa de lecturas críticas y de lecturas varias. Un autor leído de UNA manera es un autor muerto.
Por esa razón, cuando el periodista Winston Manrique de Babelia, del suplemento cultural del diario español El País, me pidió una opinión propia sobre la obra de Julio Cortázar acepté hacerlo, aún y cuando el espacio para tal opinión estaba restringida a ocho líneas. Tal vez fue más que mero (cort)azar que, semanas antes, a petición de la doctora Maricruz Castro, profesora de literatura y directora de la Cátedra de Humanidades del ITESM-Campus Toluca, había empezado a formular los elementos para un pequeño ensayo sobre la obra del Cronopio Mayor para una publicación que circulará entre alumnos de esta institución. Así entonces, y en vista de las restricciones de espacio propias de la prensa, decidí incluir las tres tesis principales que planeaba desarrollar en dicho ensayo: primeramente, que Julio Cortázar es el Gran Contemporáneo, en directa alusión a un concepto fundamental en la obra de Gertrude Stein, la escritora experimental nacida en Estados Unidos y exiliada por muchos años en Paris; en segundo lugar, que la obra de Cortázar es fundamentalmente política no sólo por los pronunciamientos que hizo (sobre todo después de Rayuela) como autor de una de las obras más entrañables y esenciales en la historia de la literatura latinoamericana y mundial, sino también por los riesgos radicales que tomó dentro y en varios textos; y, por último, que una lectura de la obra de Julio Cortázar desde ciertas teorías de género (y aquí me refiero puntualmente a la obra de Judith Butler y su Gender Trouble) nos ayudaría a problematizar y, luego entonces, hacer presente o, vale decir, contemporaneizar, la por demás complicada construcción de personajes masculinos y femeninos que estructuran a la rayuela de los géneros en Rayuela.
Escritas de manera sucinta para no rebasar las ocho líneas requeridas, estas ideas no tenían como intención ni adecuarse a pareceres generalizados ni agradar al público. Mi intención era meramente responder con una opinión propia a una pregunta dirigida a varios autores tanto españoles como latinoamericanos. Aunque la provocación a ultranza nunca ha sido mi estilo, no puedo negar que sí esperaba respuestas. La que Gil Gamés publicó en su columna Tres Sin Sacar en Crónica Dominical, el suplemento cultural del diario mexicano La Crónica el sábado 21 de febrero del año en curso no tuvo ni la argumentación ni el tono que yo me esperaría en un debate público, pero en ella soy interpelada aunque, desgraciadamente, en ella también se me manda callar. Lo segundo me parece grave. Sin embargo, lo verdaderamente importante para mí ha ocurrido después. Me refiero a la reacción de algunos miembros de la comunidad intelectual mexicana—narradores, poetas, bloguistas, académicos, artistas—que, haciendo uso generoso de su tiempo y talento, empezaron a mandar respuestas, en muchos casos pequeños ensayos, a mi correo personal. Estos textos, los cuales he ido publicando poco a poco en mi bitácora electrónica (www.cristinariveragarza.blogspot.com) bajo el título de CORTA-A(L)-AZAR, no sólo han hecho patente que todos ellos y ellas estaban y están dispuestos a participar en un debate de ideas, sino también que la obra de Julio Cortázar sigue viva, abierta a los ojos críticos de nuevas generaciones de lectores.
Creo que le debo a la calidad y cantidad de tales respuestas, a la vocación evidente por el debate público de ideas implícita en todas ellas, una elaboración un poco más amplia y mejor fundamentada de las tesis que, repito, por cuestiones propias de los espacios restringidos de la prensa, anoté en apenas ocho líneas para Babelia. Por esa razón, adelanto aquí una versión reducida del primer capítulo del ensayo sobre Julio Cortázar que, gracias al debate que ha quedado registrado en este blogspot, ahora será un ensayo polifónico apropiadamente cortazariano. Quiero decir que he invitado a varios de los participantes en este debate a formar parte del ensayo con los comentarios que a bien tuvieron presentar en este espacio.
Cortázar como el Gran Contemporáneo: el sentido steiniano
Cuando imparto talleres de creación literaria usualmente asigno el ensayo “How Writing is Written” (en traducción al español de la poeta tijuanense Laura Jáuregui) de la escritora norteamericana Gertrude Stein—nuestra gran autora experimental, alumna de William James y exiliada, junto con su compañera Alice B. Toklas, en Paris. Lo tomo como punto de partida porque ahí Stein explora la cuestión de las “expresiones” de la escritura desde su sustrato más material. La escritura como una realidad encarnada. La escritura como una indagación en el sentido temporal. Así, tratando de explicar cómo sucede el proceso de la escritura, cómo la escritura es escrita, la Stein declara desde el mismo primer párrafo que “todos ustedes son contemporáneos unos de otros, y todo el asunto de la escritura es vivir en esa contemporaneidad”. Saber en qué consiste el sentido temporal de tal contemporaneidad es, al decir de Gertrude Stein, el deber de todo escritor que no quiere vivir bajo la sombra del pasado o la imaginación del futuro--dos de los territorios donde se perviven las obras menores. “Un escritor que está haciendo una revolución tiene que ser contemporáneo”, afirma sin tapujos ni resabios.
Indagar en ese sentido temporal, por otra parte, no es una labor abstracta sino radicalmente material. Para el escritor, esta indagación no se lleva a cabo en la mente o en las ideas de una época, sino que tiene que realizarse en el lenguaje, en la sintaxis, en la oración. Las marcas del sentido temporal, sus distintas encarnaciones, no son visibles en lo que se expresa, sino en la expresión misma--en la irreductible materialidad de la escritura. De ahí, por ejemplo, el interés de Gertrude Stein por la composición, por las partes del discurso y por los métodos del habla. De ahí que soliera declarar “la puntuación es una cuestión vital” y que le dedicara ensayos enteros al significado y posicionamiento de comas, sustantivos, verbos. De ahí que, al considerar que la repetición no existe, que no hay tal cosa como la repetición, puesto que toda narración involucra una variación, Gertrude Stein escribiera su célebre: una rosa es una rosa es una rosa.
También decía Stein que el escritor contemporáneo, el que escribe con/desde el sentido temporal de su época, y en contra, luego entonces, de los hábitos heredados del pasado o los imaginarios del futuro, siempre producirá algo “con la apariencia de fealdad”. Y aquí, por “fealdad” Stein quiere decir algo “irreconocible”, algo con lo que los habitantes de esta época todavía no están “familiarizados”. Esta resistencia, que para Stein era tanto interna como externa, ocasiona que el escritor contemporáneo sea usualmente rechazado por su generación (el producto es demasiado “feo”) pero que sea aceptado por la siguiente--para cuyos integrantes el producto será más “perceptible”.
Son estos tres puntos contenidos en How Writing is Written los que de manera más directa me llevaron a considerar a Julio Cortázar como nuestro Gran Contemporáneo. El escritor de su presente que, precisamente por serlo hasta la médula, ha podido dar el salto y hablar de tú a tú con generaciones enteras de lectores no sólo en Latinoamérica sino en el mundo entero. Me explico: no el visionario de las grandes narrativas románticas, no el nostálgico de lo que pudo haber pasado, no el adelantado a su época, sino el anegado, el inmerso a tal grado en el propio sentido temporal de su contemporaneidad que produjo esa cosa “fea”, esa cosa ciertamente atípica que fue, por ejemplo, Rayuela para muchos de sus críticos iniciales porque ahí, en su lenguaje, estructura, abismo y riesgo encarnan, como en pocas cosas, la velocidad y el ritmo y el habla de esa medio mitad del siglo XX .
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CORTA-A(L)-AZAR: derecho de réplica (con sugerencia al final)
De Gil Gamés, publicado en Crónica Dominical, suplemento cultural del periódico La Crónica:
Una fiesta sorpresa
A Gamés le zumbaban los oídos. Se hizo revisar la presión arterial y nada, más o menos en orden. Acudió a ver al otorrino para examinar su oído. Nada, ninguna perturbación mayor ni en la trompa de Eustaquio, ni en el yunque ni en el martillo. Más tarde, Gil sabría que se trataba de otros yunques, otros martillos y otros Eustaquios. Gil y su zumbido (su-zu) se repantigaron desalentados en el mullido sillón del amplísimo estudio a esperar la catástrofe que vendría del interior. Gamés se dedicaba a masajear a la resignación cuando una combinación de azares le reveló la etiología del padecimiento. Un amigo que no lo malquiere desveló el misterio. Como un oráculo, la voz pronunció estas palabras: si quieres saber por qué te zumban los oídos conéctate a la Red y enlázate a esta dirección electrónica. Gil obedeció. ¡Bingo! Ante los ojos de Gamés apareció el Blog de la escritora Cristina Rivera Garza, “No hay tal lugar”. Un Blog es un espacio público en el que un grupo de navegantes del ciberespacio intercambian opiniones. Como quien entra a una fiesta sorpresa, Gil prendió la luz del foro y descubrió que estaba dedicado a él y, en especial, a la entrega de la semana pasada de esta columna y a diversos comentarios y declaraciones publicados en la prensa en el vigésimo aniversario de la muerte de Julio Cortázar. Quizá lo recuerden la lectora y el lector, en esta misma página Gamés se ocupó, entre otros momentos, de una declaración de Cristina Rivera Garza aparecida en el suplemento Babelia del periódico El País.
La petite histoire es así: el escritor Pedro Angel Palou le envió a Cristina Rivera Garza el texto de Gamés (pequeño truco, lo mandó incompleto. En algunos pueblos, a esto se le llama cuchilear) y la escritora lo reenvío a sus contactos, treinta y cinco o cuarenta amigos, pidiendo una opinión sobre el malvado Gil. Ustedes no están para saberlo, pero la fiesta sorpresa para Gamés, es decir el foro, es decir el Blog de Rivera Garza, consiste en un ramillete. Soc!, Zaz!, Pum!, Rataplán!, Babum! Mandobles y descalificaciones, desahogos y epítetos contra el autor de esta página. Los titulares de la mente de Gil cabecearon así la noticia: Tremenda pamba china le propinan a Gamés las amigas y los amigos de Cris. Nada le hace, a Gilga le gustan las fiestas sorpresa.
Una fiesta de adjetivos
Dentro del foro “No hay tal lugar” y su sección dedicada a CORTA-A (L)- AZAR, Gamés se movió a sus anchas. Gil también tiene amiguitos entre los amigos de Rivera Garza. Leyó hasta veinte intervenciones en unas quince páginas. Hay de todo en esas cartas, desde comentarios moderados hasta prosas furiosas en las que le dicen a Gamés hasta de lo que se va a morir: misógino, ignorante, burdo, envidioso, machista, represor, provocador, ofensivo, grisáceo. Gil agradece todas estas muestras de afecto, pero les faltaron a estas exposiciones algunos adjetivos: incróspido, ufano, inverecundo, hirsuto y acetilsalicílico. Este último calificativo sonaría perfecto. La palabras de Gamés son por lo menos acetilsalicílicas. ¿Machista Gil? Pero si nada más le falta salir a la calle en tubos después de tender las camas, lavar los trastes, aspirar los cuartos, pasear al perro y escuchar los comentarios mordaces de la señora Gamesa. Los reproches son básicamente dos: que Gil no reconozca en “lo steiniano” una clara referencia a Gertrude Stein, y que al final de su columna se pregunte si no saldríamos más gananciosos si nos calláramos la boca. Respecto al primer asunto, ya Gamés ha recibido en su fiesta sorpresa suficientes lecciones (mjúu) y aunque es corto de entendederas aprende rápido. De la segunda parte de la furia bloguera, es decir los participantes del foro, resulta que Gil es algo así como un Nassar Haro del periodismo.¿No es un poco demasiado?
Una fiesta móvil
Acabemos por el principio. Cada quien puede leer y analizar los libros como le dé su regalada gana. Correcto. También se puede escribir cualquier cosa de un autor: Shakespeare era un travesti, Villon era un borracho, Miller un ninfómano, en fin. Entonces, del mismo modo, Gamés puede opinar sobre asuntos públicos a la hora que mejor le acomode. Ahora mal: volvamos a la declaración de Rivera Garza: “A Cortázar también le debemos una idea estereotipada y más bien estrecha de lo femenino, especialmente en la boca cerrada de aquella etérea y más bien famosa Maga a quien sus amigos rara vez dejaron participar en debates de tipo intelectual”. Van ustedes a perdonar, pero Gil no le debe (también) a Cortázar, en absoluto, “una idea estereotipada y más bien estrecha de lo femenino…”. Si vamos a hablar de deudas, Gamés asume otras que tienen que ver con el juego, el humor, los rituales, la subversión, los gatos, los laberintos, las fantasías, y ya, porque Gamés empieza a escribir como scholar del campus, que suelen ser más serios que una cabeza olmeca y más aburridos que una tesis doctoral. Dicho lo cual, Gamés agradece una vez más las muestras de afecto expresadas en el blog de Cris. Gil s’en va."
La sugerencia editorial: Pues organiza, Gil, un número de tu revista dedicado exclusivamente a ensayos sobre el Cronopio estrictamente desde el silgo XXI. Invita a los que tan generosamente compartieron sus puntos de vista en este intercambio y págales bien por un ensayo de entre 7 y 10 cuartillas. Tú dirás.
De Gil Gamés, publicado en Crónica Dominical, suplemento cultural del periódico La Crónica:
Una fiesta sorpresa
A Gamés le zumbaban los oídos. Se hizo revisar la presión arterial y nada, más o menos en orden. Acudió a ver al otorrino para examinar su oído. Nada, ninguna perturbación mayor ni en la trompa de Eustaquio, ni en el yunque ni en el martillo. Más tarde, Gil sabría que se trataba de otros yunques, otros martillos y otros Eustaquios. Gil y su zumbido (su-zu) se repantigaron desalentados en el mullido sillón del amplísimo estudio a esperar la catástrofe que vendría del interior. Gamés se dedicaba a masajear a la resignación cuando una combinación de azares le reveló la etiología del padecimiento. Un amigo que no lo malquiere desveló el misterio. Como un oráculo, la voz pronunció estas palabras: si quieres saber por qué te zumban los oídos conéctate a la Red y enlázate a esta dirección electrónica. Gil obedeció. ¡Bingo! Ante los ojos de Gamés apareció el Blog de la escritora Cristina Rivera Garza, “No hay tal lugar”. Un Blog es un espacio público en el que un grupo de navegantes del ciberespacio intercambian opiniones. Como quien entra a una fiesta sorpresa, Gil prendió la luz del foro y descubrió que estaba dedicado a él y, en especial, a la entrega de la semana pasada de esta columna y a diversos comentarios y declaraciones publicados en la prensa en el vigésimo aniversario de la muerte de Julio Cortázar. Quizá lo recuerden la lectora y el lector, en esta misma página Gamés se ocupó, entre otros momentos, de una declaración de Cristina Rivera Garza aparecida en el suplemento Babelia del periódico El País.
La petite histoire es así: el escritor Pedro Angel Palou le envió a Cristina Rivera Garza el texto de Gamés (pequeño truco, lo mandó incompleto. En algunos pueblos, a esto se le llama cuchilear) y la escritora lo reenvío a sus contactos, treinta y cinco o cuarenta amigos, pidiendo una opinión sobre el malvado Gil. Ustedes no están para saberlo, pero la fiesta sorpresa para Gamés, es decir el foro, es decir el Blog de Rivera Garza, consiste en un ramillete. Soc!, Zaz!, Pum!, Rataplán!, Babum! Mandobles y descalificaciones, desahogos y epítetos contra el autor de esta página. Los titulares de la mente de Gil cabecearon así la noticia: Tremenda pamba china le propinan a Gamés las amigas y los amigos de Cris. Nada le hace, a Gilga le gustan las fiestas sorpresa.
Una fiesta de adjetivos
Dentro del foro “No hay tal lugar” y su sección dedicada a CORTA-A (L)- AZAR, Gamés se movió a sus anchas. Gil también tiene amiguitos entre los amigos de Rivera Garza. Leyó hasta veinte intervenciones en unas quince páginas. Hay de todo en esas cartas, desde comentarios moderados hasta prosas furiosas en las que le dicen a Gamés hasta de lo que se va a morir: misógino, ignorante, burdo, envidioso, machista, represor, provocador, ofensivo, grisáceo. Gil agradece todas estas muestras de afecto, pero les faltaron a estas exposiciones algunos adjetivos: incróspido, ufano, inverecundo, hirsuto y acetilsalicílico. Este último calificativo sonaría perfecto. La palabras de Gamés son por lo menos acetilsalicílicas. ¿Machista Gil? Pero si nada más le falta salir a la calle en tubos después de tender las camas, lavar los trastes, aspirar los cuartos, pasear al perro y escuchar los comentarios mordaces de la señora Gamesa. Los reproches son básicamente dos: que Gil no reconozca en “lo steiniano” una clara referencia a Gertrude Stein, y que al final de su columna se pregunte si no saldríamos más gananciosos si nos calláramos la boca. Respecto al primer asunto, ya Gamés ha recibido en su fiesta sorpresa suficientes lecciones (mjúu) y aunque es corto de entendederas aprende rápido. De la segunda parte de la furia bloguera, es decir los participantes del foro, resulta que Gil es algo así como un Nassar Haro del periodismo.¿No es un poco demasiado?
Una fiesta móvil
Acabemos por el principio. Cada quien puede leer y analizar los libros como le dé su regalada gana. Correcto. También se puede escribir cualquier cosa de un autor: Shakespeare era un travesti, Villon era un borracho, Miller un ninfómano, en fin. Entonces, del mismo modo, Gamés puede opinar sobre asuntos públicos a la hora que mejor le acomode. Ahora mal: volvamos a la declaración de Rivera Garza: “A Cortázar también le debemos una idea estereotipada y más bien estrecha de lo femenino, especialmente en la boca cerrada de aquella etérea y más bien famosa Maga a quien sus amigos rara vez dejaron participar en debates de tipo intelectual”. Van ustedes a perdonar, pero Gil no le debe (también) a Cortázar, en absoluto, “una idea estereotipada y más bien estrecha de lo femenino…”. Si vamos a hablar de deudas, Gamés asume otras que tienen que ver con el juego, el humor, los rituales, la subversión, los gatos, los laberintos, las fantasías, y ya, porque Gamés empieza a escribir como scholar del campus, que suelen ser más serios que una cabeza olmeca y más aburridos que una tesis doctoral. Dicho lo cual, Gamés agradece una vez más las muestras de afecto expresadas en el blog de Cris. Gil s’en va."
La sugerencia editorial: Pues organiza, Gil, un número de tu revista dedicado exclusivamente a ensayos sobre el Cronopio estrictamente desde el silgo XXI. Invita a los que tan generosamente compartieron sus puntos de vista en este intercambio y págales bien por un ensayo de entre 7 y 10 cuartillas. Tú dirás.
CORTA-A(L)-AZAR: la silla eléctrica
Desde Posdata, el suplemento cultural del periódico El Independiente:
"Por último, desde su blogspot, los encargados de La Silla Eléctrica envían un cordial saludo al apaleado columnista Gil Gamés, que no sólo confundió Stein con Steiner sino que cometió una gravísima declaración que despertó el justo rechazo de la sociedad, y de un poco más de la mitad del medio literario. Como diría la abuelita de los verdugos, quien a pesar de ser mujer de vez en cuando decía tonterías: “se los tengo dicho”. ¡Ah, qué muchacho!"
--crg
Desde Posdata, el suplemento cultural del periódico El Independiente:
"Por último, desde su blogspot, los encargados de La Silla Eléctrica envían un cordial saludo al apaleado columnista Gil Gamés, que no sólo confundió Stein con Steiner sino que cometió una gravísima declaración que despertó el justo rechazo de la sociedad, y de un poco más de la mitad del medio literario. Como diría la abuelita de los verdugos, quien a pesar de ser mujer de vez en cuando decía tonterías: “se los tengo dicho”. ¡Ah, qué muchacho!"
--crg