Abigail Cortés escribió "Reescritura de Rulfo o no sé qué" para Libroamérica:
El cintillo del nuevo libro de Cristina Rivera Garza Había mucha neblina o humo o no sé qué (2017), anuncia: “Un personalísimo homenaje y visión de Juan Rulfo. Obra experimental que rompe los límites de los géneros, Cristina Rivera Garza demuestra una vez más su fascinante habilidad literaria”. Yo, después de tremendas promesas, leí con ansia mi ejemplar y, a lo largo de sus páginas, sentí emoción, melancolía, sorpresa; también, logré sostener un interesante diálogo con las ideas que el libro despliega sobre el autor de Pedro Páramo (1955).
“Cada quien tiene su Rulfo Privado. El mío, mi Rulfo mío de mí está tan interesado en producir una obra como preocupado por ganarse la vida”, dice nuestra escritora en la contraportada del libro. Sí, es cierto, cada quien guarda para sí a sus autores más queridos y los cuida de la mejor manera que puede. Por ejemplo, he de confesar que yo también tengo un Rulfo privado. Uno mío de mí[1]. Actualmente, me dedico a estudiar la obra del autor de El llano en llamas (1953), en particular, su correspondencia amorosa;[2] sin embargo, me atrevo a opinar sobre el estudio de Rivera Garza con el conocimiento previo de que ella me supera en lecturas e investigación.
Primeramente, he decidido hablar sobre Había mucha neblina o humo o no sé qué ahora que ha pasado la euforia, y es que publicar un libro, el cual habla sobre los aspectos biográficos de Juan Rulfo en el año de su centenario fue una proeza que causó diversas opiniones, algunas más amables que otras. No obstante, me niego a profundizar en la polémica pues no la considero relevante.
La autora recorre los mismos caminos que Rulfo y escribe un “libro viajero” conformado por seis capítulos tan diferentes como interesantes; apuesta por una escritura biográfica de Juan Rulfo diferente a lo que se ha hecho antes pues, al contextualizar al autor, lo desacraliza para exponer que Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, aunque no lo parezca, fue humano. Además, Rivera Garza crea un texto híbrido, toma recursos biográficos e históricos y los entrevera dando como resultado imágenes nítidas sobre acontecimientos que dislocan las prácticas de lectura pues en este libro la realidad participa de la ficción y viceversa.
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